fernando de la vara
3 min readNov 6, 2021

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Estos post son para que los leas cuando estás cagando 06.11.2021

En algunas ocasiones he discutido la idea, con algunos colegas, de para qué se escribe. Cuando digo que no me importa si me leen o no, invariablemente alguien dice: “todos escribimos para ser leídos, no seas mamón”. Y sí, yo también pensaba que quien se atreve a registrar lo que piensa es porque en el fondo quiere ser leído, pero cada vez me convenzo más de que esto de publicar sólo es hacerse una chaqueta delante de todos.

No se me malentienda, me entusiasma mucho ser leído, agradezco mucho a quien le pueda dedicar tiempo, vista, oídos y datos móviles a mis letras. Me gusta pensar que hago un eco en algún lugar, con alguien que ni me imagino. Es decir, me gusta hacerme chaquetas delante de ustedes.

Por otro lado, desde hace muchos años, cuando decidí que quería escribir en serio, me di cuenta de que la escritura como terapia y la intención de hacer literatura es diametralmente opuesta, y pareciera que algo tan obvio le cuesta a muchos notarlo. Por eso estamos llenos de charlatanes.

A nadie le importa leerte. Menos cuando escribes mal y quieres desahogarte, cuando hablas de lo mucho que te dolió que tu primer amor te mandara a la verga, o cuando dices que tienes en la garganta un nido de pájaros atorado, mucho menos cuando escribes que la relación con tu mamá es la misma que la que tienes con tu cuerpo enfermo de insomnio.

Pero cuando tu intención es hacer literatura, escribir de lo mucho que te dolió que tu primer amor te mandara a la verga, o cuando dices que tienes en la garganta un nido de pájaros atorado, o cuando escribes que la relación con tu mamá es la misma que tienes con tu cuerpo enfermo de insomnio, eso sí que es de interés para todo el mundo (porque hay forma y fondo, no sólo tripas y ocurrencias).

Encontrar en las letras un desahogo y algo qué decir (no sólo que le importe a alguien más, sino a muchos, muchos más) es un ejercicio muy complicado, pero cuando se logra, algo que me atrevo a llamar honestidad aparece, y todo tiene sentido*.

Mantengo un diario en el que escribo todos los días desde el 1 de marzo de este año. Lo he hecho a manera de suplir mis publicaciones en internet y con una disciplina que nome conocía.

Los diarios que estoy escribiendo son un ejercicio muy íntimo. Son textos que hago sin pensar en que sean leídos alguna vez. Incluso yo no los he releído y no sé si me anime a hacerlo. Por eso, y porque me niego a que alguien los lea, me he propuesto tirarlos a la basura o quemarlos este fin de año.

Estos textos en Medium tienen la intención de hacer una especie de diario en línea, sí con toda la intención de que sean leídos, no así de ser literatura. Sí con toda la certeza de la que me atrevo a presumir, de que escribir es ingrato. De que la literatura es ingrata. Pero también de que es la única manera que tenemos de vencer al olvido.

Estos son textos toman entre 3 y 4 minutos de lectura según el sitio, por lo que bien pueden ser leídos mientras estás cagando.

En lugar de ver memes, échale ojo aquí, o allá, o donde quieras.

Quién quita y lo que escribo, o alguna otra lectura de baño, haga eco en alguno de ustedes y hasta les saque una sonrisa o un disgusto, aunque se les olvide más rápido que un buen meme.

La foto de hoy:

Les quiero. Comiendo fibra.

*No s verdad. Nada tiene sentido.

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